Los enfrentamientos se extendieron como previa y desarrollo del partido entre el Junior de Barranquilla y el River Plate de Argentina.
En horas de la tarde de este miércoles con el inicio de la marchas y los primeros roces entre policías y manifestantes se vislumbraba lo que iba hacer los 90 minutos de juego atípicos en el estadio municipal.
Y así fue, la llegada de los equipos encendió los ánimos y el pitazo inicial del cotejo latinoamericano también dio inicio a los desmanes.
Se extendió a lo largo del partido, el comandante de la policía metropolitana de Barranquilla, Diego Rosero aseguró: «un grupo de personas intentaron evitar el normal desarrollo del partido y nos tocó intervenir para evitar que se metieran al estadio».
Ocho personas fueron capturadas, mientras los manifestantes argumentaron que pueden ser al menos 30.