En estos días donde muchos estamos disfrutando de los juegos de la Serie Mundial de Béisbol, es imposible no recordar aquel 26 de octubre de 1997 fecha en la cual un hijo de esta tierra barranquillera logró un hito histórico para nuestro béisbol y el deporte colombiano en general.
Por: Óscar Tobón P
Aquella fantástica noche en el terreno de juego del antiguo Pro Player Stadium de la ciudad de Miami, un juvenil Edgar Rentería daba “un batazo” o hit como suele llamarse esa jugada en la jerga beisbolera, para darle por primera vez en la historia el título de Serie Mundial, a la novena de Los Marlins y así convertirse en el primer pelotero nacional en obtener dicho galardón.
En este punto de mi relato quisiera expresar que ese hit de oro como llamaron los comentaristas de entonces a ese excepcional “batazo”, no solo significó un triunfo en lo deportivo sino fue la demostración que con trabajo, disciplina y sacrificio las metas y sueños que nos propongamos son posibles, como estoy seguro lo soñó y consiguió nuestro grandes ligas desde que era ese niño que jugaba en las calles del barrio Monte Cristo.
De otro lado, aquel hit fue el volver a situar a nuestro béisbol en la élite internacional, porque después de la aparición de Rentería en la gran carpa empezaron a aparecer otros talentos venidos de esta tierra hecho que se mantiene hasta el día de hoy.
Esto me lleva a concluir sin temor a equivocarme que aquel hit histórico no solo cambió la vida de Rentería, sino la de muchos que vieron en ese joven beisbolista a un ejemplo a seguir y a través de él descubrieron que triunfar en el mejor béisbol del mundo, como en la vida misma era totalmente posible pues el sin proponérselo quizá marcó el camino.